domingo, 14 de marzo de 2021

IV DOMINGO DE CUARESMA

Después de tres semanas caminando, nos acercamos a Jerusalén. Cuando ya vemos a lo lejos la ciudad santa, el Evangelio nos detiene y nos hace pensar sobre nuestra fe. Para tener vida eterna,  la que no se consume, la que no enferma, la que no se acaba, la que no se entristece ni enferma, sino que es abundante y plena, hay que creer en Jesús.
Ser cristiano es la "revestirse de Cristo", reproducir en nosotros su vida. Esto es lo esencial.


 

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