Esta etapa es un tanto especial pues para recorrerla se necesita amor. Hay muchas veces en el camino de nuestra vida que caminamos “sin amor” en los momentos de sufrimiento, de dolor, de duda, de incertidumbre. Son etapas en las que la densidad de la oscuridad por la que caminamos se hace tan pesada que nos impide avanzar. Cuando tomamos conciencia de esto, es cuando necesitamos parar, por un momento y buscar aquellos detalles y momentos que nos ayudan a seguir adelante. Aceptemos la invitación de Jesús, de caminar esta etapa queriendo y amando a los demás.
En el Evangelio de este domingo Jesús nos presenta la parábola del hijo pródigo. ¿Cómo es el padre de la parábola? Pues así es Dios con nosotros: un padre bueno, que te ama por encima de todo, que sale a buscarte, que te abraza cuando vuelves a Él.
Y en esta semana nos invita a “Amar, querer” ¿Cómo puedes hacerlo?
Piensa en alguien y ten un gesto de amor, afecto y cariño durante esta semana. Puede ser alguien cercano. Muchas veces a quien menos demostramos nuestro amor es a las personas que tenemos más cerca.
Feliz domingo
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